martes, 4 de agosto de 2009

Bella imaginación

El niño introducía su dedo en su nariz cada vez más profundo; escarbaba tratando de encontrar algo. Cuando parecía que lo lograba se le escapaba, entonces regresaba por más y así durante mucho tiempo.

La maestra lo observaba incrédula y ansiosa a la vez por saber en qué terminaría todo ese acto de mal gusto, cuando una sonrisa casi imperceptible en el niño indicó que algo había encontrado, la maestra sostuvo la respiración y no pudo creer lo que veía.
En el extremo de la uña larga y sucia del niño, venía adherido un moco de gran tamaño, que al parecer llevaba tiempo asentado en el refugio natural.

El niño tomó el moco entre los dedos índice y pulgar, lo miró detenidamente y comenzó a darle forma de bolita luego de lo cual lo dejó en el pupitre.
Intentaba regresar por más materia prima, pero la señorita maestra le sostuvo la mano en el preciso instante que comenzaba su tarea. El niño asustado agachó la cabeza, se limpió el dedo debajo del asiento y se quedó quieto con ambas manos entres sus piernas.

La maestra miró al niño, luego a la bolita de moco, de nuevo al niño y preguntó;

- ¿Qué significa esto Ramón? ¿No te enseñamos que esas cosas no se hacen? Para eso son los pañuelos.

El niño levantó la cabeza y con suave voz dijo:

- Sí señorita, pero para mí no es una cochinada, es mi manera de volar a otros mundos y esa bolita que ve en el pupitre es el planeta Marte.

- Al menos en el aula no vuelvas a hacerlo ¿entendido? –replicó la maestra-

Luego regresó a su escritorio pensando sobre la maravillosa imaginación que tienen los niños y hasta se le escapó una sonrisa traviesa.

Pasado un tiempo observó a Daniel que se sentaba en uno de los últimos pupitres del salón, con sus manos metidas debajo de su delantal y con miradas huidizas y extraviadas; pero esta vez no se movió de su silla, no se animó a preguntar nada.

4 comentarios:

  1. Espero que los únicos imaginativos alumnos hayan sido esos dos pibes, menudo problema hubiese sido para la maestra tener toda la clase del mismo tenor, pero me quedo con Ramón mas "celestial" que con Daniel y su prisa por quemar energías,..muy bueno

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  2. Gracias Roberto, la verdad que me gusta mezclar lo grosero con lo puro o inocente; es mi parte tímida y oscura. No es tan mala.
    Gracias por tu constancia, y digo lo de siempre, sos un excelente lector y a veces mi escasa habilidad de escritor me preocupa, pero intento hacerlo de la manera más natural posible.
    Un abrazo.

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  3. Me encanto... me dedico a la terapia infantil el mundo del niño me fascina y esa forma de mezclarlo con la curiosidad innata me parece simplemente genial, incluso el final, tan real aunque poco esperado debido a la naturaleza curiosa y nada nos da curiosidad que nosotros mismos-claro hasta que descubrimos a los otros-vuela un beso y un abrazo desde aca... muy lejos.

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  4. Me alegro que te haya gustado señora de lejos; quizás mi inocencia sigue intacta en los recuerdos de mi bella infancia, donde también tenía mis sueños. Un abrazo y gracias.

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