domingo, 16 de agosto de 2009

Más de siete vidas para morir

Envidio a mi gato colgado en el perchero; ayer le conté de mi último fracasado amor y me miró con sus fríos y transparentes ojos vidriados que me decían:

- Imbécil, te advertí que no te enamores de sueños y nunca me haces caso, embrómate ahora, carga con tu imbecilidad ya no voy a decir más nada.

Y tiene razón, pero el amor no se programa como un reloj despertador para que suene a determinada hora, él marca los tiempos y estos fueron en el preciso momento que debieron ser y terminaron de igual manera, pero no es la cuestión que quiero resaltar.
Regresando a mi gato, él, de alguna manera al acabarse su séptima vida cuando quedó colgado en el perchero hace un par de años, terminó con las posibilidades de enamorarse como muchas veces lo he visto y para peor volver a casa luego de días de pasión libre en los techos de las casas del barrio o de qué lugar quizás, al menos eso me contaba cuando se recuperaba de su desgaste de galán servidor de féminas gatunas. También me solía contar en nuestras largas charlas de sobremesa las veces que se había enamorado de verdad y lo mucho que le costó recuperarse, para eso debió perder varias vidas que más adelante les contaré como fue cada una de ellas.

Ahora que lo veo desde mi sillón confesor de tantas penas, noto otra vez su sonrisa inexpresiva y algo torcida con algo de lástima quizás y supongo que piensa que él al menos no volverá a pasar por esto jamás; en cambio yo, con mis años a cuestas seguramente deberé cerrar más heridas futuras y no sé ahora si es mejor eso o morir con un corazón sano que nunca haya vivido la aventura de enamorarse y yo me enamoré bien, no estoy arrepentido porque viví otro cacho de vida como se debe vivir.

Miré a mi gato, le guiñé un ojo - hasta casi sentí pena por su soledad- sacudí las pelusas de mi
tristeza y salí por más cerveza fría, la otra se mezcló con lágrimas de lluvias que caían de mis ojos y terminó sabiendo a sal.

/Serie El gato en el perchero/

4 comentarios:

  1. Genial el personaje. Estupendo relato.

    Seguiré visitándote, con tu permiso.

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  2. daniel que bonito lo dices, que justo lo sientes, te leo todo, gracias

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  3. Magdalena, gracias por tu visita, es un lugarcito abierto, es de todos los que se atreven a leerme. Pasa cuando gustes.

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  4. Gracias a vos abuela, también te leo. Cuidate.

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