Quizás mi vida hubiese sido diferente si no me hubiesen suicidado aquel agosto del 57. Precisamente en horas de una madrugada añejada de frío, alguien abrió sus puertas -luego entendí que fue mi madre- y tuve que salir sin contemplaciones de aquel espacio tibio y tiernamente sensorial.
Comprendí entonces que alguien forzó el comienzo de mi muerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
que bella descripción del nacer ,siempre la madre ayudando a enfrentar la vida...aunque sea el comienzo del morir. te abrazo querido amigo
ResponderEliminarGracias amiga por tu constante aliento.
ResponderEliminarMi abrazo.
Me recordaste algo:
ResponderEliminar(...) Pasamos de un mundo a otro casi exactamente igual, olvidando enseguida de dónde habíamos venido, sin preocuparnos hacía dónde íbamos, viviendo solo el momento presente. ¿Tienes idea de cuántas vidas debimos cruzar antes de que lograramos la primera idea de que hay más en la vida que comer, luchar o alcanzar poder en la bandada? ¡Mil vidas, Juan diez mil! Y luego con cien vidas más hasta que empezamos a aprender que hay algo llamado perfección y otras cien para comprender que la meta de la vida es encontrar esa perfección y reflejarla(...)
RICHAR BACH (Juan Salvador Gaviota)
Un cálido saludo poeta.
EL libro; MI libro.
ResponderEliminarMe has hecho emocionar con estas imágenes, las he abandonado bastante.
Gracias Colibrí.
Saludos bella avecilla.
me gusto lo del suicidio.....
ResponderEliminary aunque no fuera intencionado, el aire macabro, que se puede interpretar, me asombra..
salud
Gracias concepto, he visitado tu lugar y me ha gustado mucho tu poesía.
ResponderEliminarSaludos